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Salud
NEUROCIENCIAS: LA CIENCIA DEL CEREBRO
El sistema nervioso - 2ª parte
Fuente: Asociación Británica de Neurociencias
Anatomía del cerebro (continuación)
ediando las funciones del sueño, la atención y la recompensa se encuentra el diencéfalo. Éste se divide en dos áreas diferentes llamadas tálamo y hipotálamo. El tálamo funciona como un área de relevo por donde pasan los impulsos de todos los sistemas sensoriales que se dirigen a la corteza cerebral, quien a su vez vuelve a mandar mensajes de vuelta al tálamo.
Este fenómeno de ida y vuelta es un aspecto intrigante dentro de las conexiones que se establecen en el cerebro, ya que la información no solo viaja en un sentido sino en ambos. El hipotálamo controla funciones tales como comer y beber y también regula la liberación de las hormonas implicadas en las funciones sexuales.
Los hemisferios cerebrales –telencéfalo- están formados fundamentalmente por dos partes, el núcleo que consiste en los ganglios basales y una lámina extensa aunque fina que los rodea y que, formada por múltiples neuronas compone la sustancia gris de la corteza cerebral. Los ganglios basales juegan un papel muy importante en la iniciación y coordinación de los movimientos (ver el apartado sobre los Movimientos).
La corteza cerebral se encuentra empaquetada en un reducido espacio entre los ganglios basales y el cráneo, por lo cual se pliega y forma numerosas invaginaciones, lo que le permite incrementar su superficie y por tanto, el número de neuronas comprendidas en ella. Realmente sería imposible sin tal complejidad. Este tejido cortical compone la región más altamente desarrollada del cerebro humano (es cuatro veces mayor que la corteza cerebral de los gorilas). La corteza cerebral se divide en un gran número de discretas áreas, que se diferencian unas de otras por las diferentes capas que la componen, así como sus conexiones. Las funciones de muchas de estas áreas están claramente definidas y se conocen, como por ejemplo: las áreas visuales, auditivas, olfativas, motoras y las sensoriales que reciben información de la piel (también conocidas como somatosensoriales).
Las vías que van desde los receptores sensoriales a corteza y de corteza a los músculos cruzan de un lado al otro del cerebro; por lo que los movimientos del lado derecho del cuerpo están controlados por el lado izquierdo de la corteza y viceversa. Del mismo modo, la parte izquierda del cuerpo manda información sensorial al lado derecho de la corteza, por ejemplo, los sonidos percibidos por el oído izquierdo van fundamentalmente a la corteza del hemisferio derecho. No obstante, las cortezas de ambos hemisferios no trabajan de manera aislada sino que están conectadas por un tracto de fibras grueso y largo conocido como el cuerpo calloso.
El padre de las neurociencias moderna, Santiago
Ramón y Cajal, delante de su microscopio en 1890
La corteza cerebral es fundamental para acciones voluntarias como el lenguaje, el habla y otras funciones superiores como el pensamiento y la memoria. Muchas de estas funciones son llevadas a cabo por ambos hemisferios cerebrales, pero alguna de ellas se encuentra altamente lateralizada, estando fundamentalmente controladas por uno de los hemisferios. Las áreas implicadas en alguna de estas funciones superiores como el habla (que se encuentra lateralizada fundamentalmente en el lado izquierdo de la mayoría de las personas) han sido identificadas.
No obstante, todavía queda mucho por descubrir y aprender y, fundamentalmente en aspectos tan importantes como la conciencia; por lo que el estudio de la corteza cerebral y las funciones en las que está implicada es una de los campos de investigación más activo y excitante dentro de las Neurociencias.